Buenas noches, mi amante lejano.
Cuando encuentras el amor de tu vida, el mundo que conocías cambia a tu alrededor y muchas cosas pasan a tener menos importancia.
Los días ya no son simples fechas en un calendario, cada amanecer es una esperanza de tenerte, de que vengas a mí nuevamente y que al acabar cada día podamos vivir nuevamente aquella noche de agosto en la que te conertiste en mi razón de vivir.
La lluvia en los cristales, los relámpagos pintando de plata las copas de los olivos, tu boca junto a la mia y tus manos recorriendo cada centímetro de mi piel, despertando deseos que ya creía perdidos, olvidados en la lejanía de mi también casi olvidada juventud.
Vuelve a sonar tu voz susurrando en mi oído un "te quiero" que se me clavó en el alma, que me ató a tí con lazos invisibles, imposibles ya de deshacer, mientras eliminabas el obstáculo de mi ropa hasta dejarme indefensa frente a tí.
Aquella noche superamos las barreras de la moral, de la decencia establecida y fuimos simplemente un hombre y una mujer unidos por el amor, tú mio y yo tuya, piel con piel y amor hecho carne.
Tuvimos como única luz el resplandor de los relámpagos y el sonido de la lluvia fué para nosotros música celestial.
El amanecer nos sorprendió abrazados y sin querer separarnos, atadod por suspiros de pasión. Aquella noche volamos en libertad, fueron nuestros el cielo y la tierra, la noche y el alba, la brisa....fuimos TU y YO, convertidos en amantes a pesar de la distancia.
Y a pesar de esa distancia, de no poder gritarle al mundo que te tengo y que me amas, espero cada noche que que regreses a mí, en una desesperada esperanza de que algún día sea para siempre.
Porque eres mi sueño de amor, porque te amo.
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