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viernes, 20 de noviembre de 2009

Gabriel Celaya
La poesía es un arma cargada de futuro.
Cuando ya nada se espera
personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue
mas acá de la conciencia,
fieramente existiendo,
ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas.

Cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles,
amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones
de cuantos, asfixiados,,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello
que sienten excesivo

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia,
lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre,
poesia necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos
trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos,
dar un si que glorifica.

Porque vivimos a golpes
porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos
nuestros cantares no pueden ser
sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.





Si nuestra hermandad depende de cosas como el espacio y el tiempo, entonces, cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia hermandad.
Pero supera el espacio y nos quedará un solo AQUI.
Supera el tiempo y nos quedará un solo AHORA.
Y entre el AQUI y el AHORA, ¿no crees que podremos volver a vernos un par de veces?.
Mar 1: Noche

La luna es esfera de plata
que va trazando senderos
sobre las olas del mar.
Levanta estrellas de espuma
que van llegando a la orilla
y allí se quedan dormidas,
como si fueran viajeras
cansadas de caminar.
La noche extiende en lo alto
un manto de terciopelo
y se va haciendo el silencio.

arrulladas por las nubes
y mecidas por el viento,
hay un puñado de estrellas
que poco a poco, serenas,
lejanas,
se van durmiendo.

Y todo es paz.
Arena, mar,
cielo, estrellas,
luna y tierra.

Y esa paz y ese silencio
adormecen mis sentidos
y así, tendida en la arena
me quedo mirando al cielo.
Soy por un momenteo, estrella
y me quedo allí, dormida,
soñando con ser el cielo
y ser parte de la tierra.

viernes, 23 de octubre de 2009

Un día quise soñar
donde descansar mis palabras,
donde reposar mi escritura,
caminar por un bosque
lleno de símbolos hablados.

Quise soñar ser amante
amar desde la nada al infinito,
desde cada rincón de mi vida,
desde cada pared de mi pensamiento,
de mi habla, de mi escritura.

Quise soñar que amaba
por encima del mar,
sobre la tierra,
sobre la luna y el sol,
sobre la luz y las sombras.








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mi primera entrada
La poesía es un arma cargada de futuro.
Una pequeña muestra aquí: Vídeo de Pavarotti